«Mientras que todos los días puedas recibir a Jesús sacramentado, debes considerarte afortunado. Durante el día, cuando no puedas hacer otra cosa, llama a Jesús, en el medio de tus ocupaciones, con gemido resignado de tu alma, y El vendrá, quedará siempre unido al alma por medio de Su gracia y Su santo amor. Vuela con tu espíritu hacia el tabernáculo, cuando no puedas llegar con tu cuerpo, y desahoga allí tus deseos más ardientes, habla, reza, abraza al dialecto de las almas mejor aún que si lo pudieras recibir sacramentalmente.»
PADRE PÍO DE PIETRELCINA

Con mucha alegría visitamos a nuestros queridos hermanos de comunidad que se encuentran enfermos y así reciban en sus corazones a Jesús Sacramentado. Que la Santa Eucaristía  les otorgue fuerza, esperanza y su divino amor para enfrentar las dificultades en tiempos de aflicción.